Cuando hacemos dieta para perder peso nos resulta muy duro por momentos debido a la reducción de calorías que hace que nuestra sensación de hambre aumente considerablemente a la vez que disminuye el índice metabólico.
Debido a que estamos consumiendo pocas calorías nuestro cuerpo se ve obligado a movilizar proteína para convertirla en combustible lo que causa una pérdida consecuente de masa muscular, derivando a una ralentización del metabolismo. Recordamos que cuanta más masa muscular dispongamos, mayor será el gastó calórico y por tanto mayor metabolismo, equivalente a mayor pérdida de grasa, por la movilización de la misma.
El consumo de proteínas extras, en especial el aminoácido leucina, ayuda a la síntesis proteica y conserva tu masa muscular en estos periodos de restricción calórica, además la proteína tiene un efecto saciante, ya que por su digestión se metaboliza más lentamente y el aporte de aminoácidos ayuda a la fabricación de las hormonas encargadas de regular el hambre y la saciedad.
Si tu objetivo es perder peso debes tener claro que es necesario aumentar tu consumo de proteína más que nunca, especialmente en el desayuno y el almuerzo (detiene la tendencia de balance nitrogenado negativo y activa el metabolismo). Esto te ayudará a controlar la sensación de hambre y conservar tu masa muscular lo más intacta posible.